Las condiciones del actual entorno nos obliga a repensar la manera de competir; ya no es suficiente tener un buen producto, éste debe estar además disponible en tiempo, lugar, volumen y costo, en una competencia cada vez más global. Hoy, nuestra propuesta de valor para el cliente tiene que ser superior a la de nuestros competidores, y ello implica aprender a trabajar en conjunto con otras empresas; en el aprovisionamiento, en la distribución, y también en la tercerización, sin importar el lugar donde éstas se encuentren, debiendo elegir adecuadamente cada uno de los elementos de nuestra cadena de suministro.